El villano o antagonista (o incluso tu protagonista) es uno de los personajes más importantes cuando escribimos un guion. Para desarrollarlo tenemos que hacernos varias preguntas: ¿cuál es su objetivo?, ¿por qué motivo lo quiere?, ¿cuáles son sus valores?, ¿cuáles son las raíces de sus deseos?
No todos los antagonistas son malvados, pero cuanto más malvados son, a veces, más nos cuesta que tengan sentido sus acciones. Por eso tendemos a hacerlos malos sin más, muy malos. Dependiendo del género, también tendemos a pensar en los malvados que nosotros, en Cabezas Creativas, llamamos «malos de corcho». Son esos asesinos, secuestradores o chantajistas que tienen un corcho o, por qué no, toda una habitación con recortes, apuntes, notas y fotografías y que están dedicados en cuerpo y alma a «putear» a su víctima. Son obsesivos y organizados, pero este es un rasgo que también podemos encontrar en «los buenos», es decir, en los protagonistas o en los personajes que simplemente están obsesionados con hacer bien su trabajo.
Homeland
Pero, no todos los villanos son malos de corcho. Algunos son espontáneos, otros son encantadores y otros tienen rasgos que incluso admiramos o envidiamos. Entonces, ¿qué rasgos caracterizan a una persona malvada?
Para ser malo, realmente malvado, se necesitan tres características o rasgos psicológicos de la personalidad muy concretos. Es lo que se llama «la triada del mal».
Estos rasgos son especialmente útiles cuando trabajamos en géneros como el suspense o el terror, donde no basta ser asesino, a veces hasta se nos queda corto. A menudo hablamos de psicópatas o de sociópatas, pero es un poco más complejo. Por eso, hemos preparado este post que esperamos que te ayude a perfilar mejor tu antagonista:
Vamos a conocer estos tres rasgos.
La tríada oscura de la personalidad
El narcisismo en los antagonistas o villanos:
El narcisismo es probablemente el rasgo más conocido de esta triada. También es el que podemos detectar a nuestro alrededor más fácilmente.
El término narcisismo proviene de la mitología griega, de Narciso. Narciso estaba tan ensimismado con su propia imagen que se enamoró de su reflejo en el agua hasta tal punto que se lanzó al agua y se ahogó. Podríamos decir que Instagram y Youtube son los lagos actuales de los narcisos de hoy en día, pero vamos a ver qué características tiene un narcisista.
Los narcisistas son, como ya habrás imaginado, vanidosos. Son orgullosos, egoístas, buscan la grandiosidad y el poder.
Gastón, en «La Bella y la Bestia»
Son personas que necesitan la admiración de los demás. Además, sueñan con estar en la cumbre de lo que sea: ganar una medalla olímpica, ganar un Oscar, un premio Nobel, un Grammy… Buscan el reconocimiento y no la realización de la actividad. Es decir, si juega a un deporte, aunque lo disfrute, no son ese tipo de personas que juegan por jugar. Cualquier deporte, afición o hobby se transforma en manos de un narcisista en una oportunidad para convertirse en alguien épico: un atleta olímpico, un ganador de récord Guinness o, aunque sea, el más conocido de su pueblo.
Tienen una necesidad constante de llamar la atención, sueñan con la fama y el poder ilimitado y tienen una sobrevaloración de sí mismos muy amplia. Es decir, cuando ellos se equivocan, en realidad, tampoco es para tanto. Tienden a magnificar los errores de los demás, especialmente los que les afectan a ellos, y a quitar hierro a los que ellos mismos cometen.
En realidad, lo que tienen es una fuerte necesidad de atención y admiración.
Lord Farquaad, en «Shrek»
¿Qué hace que un narcisista sea cuanto menos peligroso?
Son muy egoístas. Están tan centrados en ellos mismos que no les preocupa nada los sentimientos de los demás. No es que lo piensen y no les importe, es que están tan autocentrados que los demás no están en su campo de mira, ni siquiera se paran a pensar en los demás. Son desconsiderados e irrespetuosos. Por supuesto, ellos siempre anteponen sus necesidades y sus gustos a los de cualquier otra persona. Cualquiera. Es decir, no empatizan con los demás.
Además, si piensas que avisándoles se pararán a pensar en ti, te respetarán o serán más considerados, estás equivocado. Al hacerlo, estarás dejando al descubierto un fallo, una imperfección en ellos mismos. Un narcisista no verá en tu aviso una oportunidad para disculparse o enmendar algo, sino un agravio a su persona, por lo que son muy susceptibles a la información negativa sobre sí mismos e intentarán devolverte la afrenta.
Suelen ser encantadores. Tienen una gran habilidad para cautivar a las personas. Cuentan con un gran poder de seducción, son amables, son el alma de las fiestas, los que más brillan en las reuniones y se llevan la atención de todos por su buen humor, su simpatía o simplemente por ser extrovertidos.
Su encanto y su falta de empatía son peligrosos porque no ven a las demás personas como personas, con sus sentimientos y necesidades, sino que son meros instrumentos para conseguir sus objetivos. No sienten que las personas valgan por sí mismas. Instrumentalizan a todas las personas.
El principal núcleo de este rasgo es el egoísmo y esa necesidad constante por tener visibilidad, poder y admiración.
Debajo de esa alta estima de sí mismos, se esconde una baja autoestima.
Ese es su punto débil: en realidad todo ese esfuerzo por ser los mejores, por ser lo más, los más simpáticos, los triunfadores… Esa necesidad de ser considerados mejores que los demás viene de su inseguridad, de su sensación de no ser lo suficientemente buenos. Tienen una autoestima muy baja y estos rasgos son un elemento que intenta compensar esa sensación. Su identidad personal, su autoimagen está dañada, por lo que tendrás que tener en cuenta su intrahistoria para que las motivaciones de tu personaje estén bien construidas.
En realidad, el narcisismo, como todo rasgo, es un espectro. No se trata de blanco o negro. Dependiendo del nivel en el que esté tu personaje, podemos estar ante un narcisismo sano, equilibrado, donde los rasgos positivos de la persona compensan los negativos, o podemos estar ante lo que Kohut llamaba el narcisismo maligno o el narcisismo victimista. Estos dos últimos son los dos polos del espectro: el primero es el tipo de personaje que se cree con derecho a vengarse de cualquier agravio que crea haber sufrido. El segundo es el que juega el papel de «pobrecito» para sacar beneficios. Los dos, al fin y al cabo, parten de una identidad dañada que compensaran a a través de la máscara y la instrumentalización de los demás.
Narcisistas protagonistas
Los narcisistas son, con mucho, los únicos que consideramos tanto malvados como «buenos». Esto quizá sucede porque en la vida real estamos rodeados de narcisistas. También porque son tan extrovertidos y encantadores que nos acaban conquistando con sus historias y fabulaciones. Son, desde luego, los villanos más romantizados, como «House», que basa sus pilares como serie en la falta de empatía y egoísmo de su protagonista y, sin embargo, lo aceptamos.
También porque, como hemos dicho, hay grados y niveles más aceptables que otros.
Zoolander
Richard Castle, en «Castle»
Castle es un ejemplo de protagonista egocéntrico, ya desde el título. Sin embargo, es un personaje con el que no paramos de reír con sus «ocurrencias» auto-centradas, su humor, su encanto, su falta de respeto a las normas… Y acaba siendo el protagonista absoluto del dúo y de la comisaría, pese a que es el único que no es policía. En realidad no nos importa. Su hija es, como resultado, una persona que se auto-educa, resignada al narcisismo de su padre. Castle solo se aleja del narcisismo, cuando ella explicita su necesidad de atención como hija y él responde, aunque solo sea en ese episodio… Porque en el siguiente vuelve a estar en la misma línea. Muchos narcisistas encantadores son en realidad emocionalmente inmaduros, lo que explica que la hija sea la adulta de la dinámica de estos personajes. Algo que es muy habitual.
Otro ejemplo, mucho más reciente en el cine, es el del personaje de Ryan Reynolds, Nolan Booth, en la película «Alerta Roja». Tiene todas las características de un narcisista y las muestra cada secuencia.
El maquiavelismo: los antagonistas inteligentes
Ser maquiavélico tampoco es algo nuevo. El término proviene de Nicolás Maquiavelo, político italiano autor de «El príncipe» que acuñó la frase «el fin justifica los medios» y que quiere decir que todo vale para conseguir un objetivo… Aunque no dice si el objetivo debe ser bueno o no ni qué engloba ese «todo vale».
Son inteligentes, unos grandes estrategas, son cínicos y unos excelentes manipuladores.
A los maquiavélicos lo único que les importa es conseguir sus propios intereses y para eso no tienen límites.
Doctor Claw/ Gang , en «El inspector Gadget»
¿Qué hace que un personaje maquiavélico sea malvado o, cuanto menos, peligroso?
El cinismo o la inteligencia no son en sí mismos un problema. Ni siquiera ser estrategas para lograr un objetivo. Lo grave es cómo lo consiguen. Mientras que los narcisistas son más reactivos e impulsivos, los maquiavélicos son menos emocionales, más fríos y calculadores.
Las mentes maquiavélicas son insensibles y no son empáticas. No les importa lo que les suceda a los demás ni si los demás sufren. Son «daños colaterales». Los maquiavélicos utilizan a los demás de forma instrumental. Así que pueden llegar a ser muy crueles. No porque disfruten con el sufrimiento, aunque también pueden ser sádicos, sino porque no les importa.
Jaime Lannister, en «Juego de Tronos». Cada vez que comete una tropelía dice frases del tipo «hay que ver lo que uno hace por amor»
Otra de sus características es la manipulación: son capaces de comportarse de la forma que sea necesaria para asegurarse que logran sus objetivos a costa de los demás. La explotación de los demás y la crueldad son otros de sus rasgos. Suelen convencer al resto para que actúen, incluso fuera de la ley, para lograr lo que desean, sin importarles las consecuencias para los demás, así que suelen estar rodeados de secuaces, ayudantes, o «monos voladores» al más puro estilo de la Bruja mala del Oeste del Mago de Oz, que pagan las consecuencias de sus actos.
Son poco o nada éticos. Son indiferentes ante la moralidad y no suelen tener normas éticas y, si las tienen, son muy concretas y suelen afectar solo a «los suyos». Su familia más cercana o sus mascotas.
Michael Corleone, en «El Padrino»
No conocen los límites a la hora de conseguir lo que quieren. Los maquiavélicos no paran hasta conseguir su objetivo, cueste lo que cueste.
Annie Wilkes, en «Misery»
Pueden ser muy pacientes con sus engaños debido a su naturaleza calculadora.
Lord Walder Frey, en «Juego de Tronos»
Lord Walder Frey es el responsable de la Boda Roja, por su capacidad estratega, su apoyo a los Lanniester, mucho más conveniente que los Stark y su capacidad para ignorar las leyes de la hospitalidad.
El maquiavelismo se diferencia visualmente muy claramente del narcisismo: no quieren ser el centro de atención, no les preocupan las apariencias ni son seductores. Son discretos, fríos e inexpresivos. Si los narcisistas se podían convertir en el alma de la fiesta hablando sin parar, los maquiavélicos prefieren estar en un segundo plano y observar al resto mientras piensan en sus estrategias. Son muy astutos.
Petyr Baelysh o Littlefinger, en «Juego de Tronos»
Las personalidades maquiavélicas son más difíciles de detectar y suelen ser más peligrosos que los narcisistas.
La psicopatía:
Estamos muy acostumbrados a llamar psicópata a cualquier villano, pero la psicopatía es solo un rasgo que se caracteriza en concreto por la falta total de empatía y de remordimientos. Son incapaces de sentir emociones sociales, como la vergüenza o la culpa, cuentan con una incapacidad para experimentar remordimiento e insensibilidad en las relaciones interpersonales ordinarias.
Es decir, un psicópata no es capaz de empatizar con el sufrimiento del otro. Por ejemplo, para él que alguien muera es igual a que alguien cambie de ropa. Totalmente indiferente. En todo caso, tienden al sadismo, es decir, a disfrutar con el sufrimiento y el mal ajeno. Aunque el sadismo es un ingrediente a parte que solo hace que agravar la maldad.
Henry Evans, en «El buen hijo»
Son totalmente antisociales porque carecen de las capacidades afectivas necesarias. Su comportamiento es antisocial no solo desde un punto de vista legal, al saltarse las normas legales, éticas y morales, sino desde un punto de vista comunicativo. Todas las normas, sociales o éticas, les parecen convenciones arbitrarias que pueden cumplir o no, pero que nunca llegan a interiorizar o a comprender de verdad.
Son impulsivos, a diferencia de los maquiavélicos, y son inestables emocionales.
Los psicópatas son, casi siempre, en las películas, asesinos en serie, pero matar no es su única actividad. Los psicópatas buscan actividades que les estimulen porque no sienten nada y ahí encontramos la violencia, pero también el sexo, con una gran promiscuidad sexual, las drogas o el riesgo económico y financiero.
La parte positiva, para ellos, es que tienen una alta tolerancia al estrés. La negativa, que se aburren fácilmente. Así que necesitan estímulos constantemente. De ahí que no baste con ser asesino, se convierten en asesinos en serie.
Son compulsivos, egoístas, insensibles y crueles, mentirosos o, al menos manipuladores, y aunque no cuentan con el encanto de los narcisistas, sí que convencen más que los maquiavélicos. Son a la vez violentos y también fríos y calculadores.
Ramsay, en «Juego de Tronos»
Ser psicópata, como puedes imaginar, es el peor de los rasgos y el más peligroso. Además, parece ser que la psicopatía no es algo que se pueda tratar, sino que es algo de nacimiento.
Cuidado con confundirlo con un sociópata. Si tu personaje es así como consecuencia de experiencias traumáticas previas, quizás lo que tienes entre manos es un personaje sociópata, no un villano psicópata de nacimiento.
Si una persona tiene rasgos de los tres es un súper malvado. Pero puede haber personajes con una combinación de dos de estos rasgos.
Chip Douglas, en «The cable guy»
Mugatu, en «Zoolander»
Como curiosidad, existe una gran diferencia entre sexos. Parece ser que es mucho más habitual encontrar este tipo de personalidad entre hombres que entre mujeres, así como hay otros perfiles de personalidad como el ansioso, que es más típico de mujeres.
Lo interesante de estos rasgos es que en la sociedad actual se fomentan y nos parecen maravillosos: admiramos a los narcisistas en Instagram y en las redes sociales y aplaudimos a los maquiavélicos y psicópatas en el ámbito profesional, estando en lo más alto de las empresas, en cargos directivos, manejando el estrés y aumentando las ventas a toda costa. Recuerda que tu villano no tiene por qué vivir en una cueva o en lo alto de una montaña. Si repasas quiénes son los triunfadores y los más admirados en el ámbito social y profesional, seguramente encuentres un número escandaloso de personas con rasgos narcisistas y maquiavélicos. Así que recuerda, tu villano puede de hecho convivir y camuflarse perfectamente con el resto de personajes.
Así que ahora ya puedes decidir si tu antagonista tiene uno, dos o los 3 rasgos de la personalidad, sabiendo cómo funcionan.
Protagonistas de Funny Games
Los que cumplen con la tríada oscura tienden a tener malas relaciones sociales y la gente que los conoce tiende a tener una mala imagen de ellos. Sin embargo, en el cine han encontrado un hueco de alta demanda, formando parte de la personalidad de los llamados antihéroes. Tradicionalmente estos antihéroes estaban relegados a un segundo plano, siendo el malo de la peli al que el héroe debía vencer. No obstante, en estos últimos años han ganado en atractivo para las masas y hoy en día se pueden ver numerosos ejemplos sobre antihéroes protagonistas.
Joker
Loki